Hoy día, en Barcelona, es un privilegio disponer de espacio para un jardín donde solazarnos y evadirnos del ajetreo urbano. El jardín o la terraza complementan nuestro hábitat con un espacio acogedor que aporta los beneficios del reposo hogareño y un marco en el que poder desarrollar actividades como la lectura, meditación, ejercicios físicos, juegos para los niños y otras clases de esparcimientos. En un jardín en Barcelona podemos disfrutar de un micro clima y ambiente natural a la vez que estamos en nuestra vivienda. El mundo vegetal aporta un equilibrio a las casas urbanas al integrar elementos propios de la naturaleza.

Un buen jardín precisa de cuidados específicos que requieren conocimientos especializados. Generalmente, la gente común, no disponemos del tiempo ni del conocimiento necesario para alcanzar un dominio en este oficio tan complejo. La opción de contratar un buen jardinero en Barcelona es prácticamente necesaria si queremos que nuestro jardín se mantenga en excelentes condiciones, optimizando los recursos y disfrutando de buenos resultados.

POR QUÉ CONTRATAR A UN JARDINERO EN BARCELONA

El tiempo libre lo necesitamos para desarrollar nuestra profesión, atender a los nuestros, así como a cultivarnos, por lo que resulta prácticamente imposible dedicarnos a más tareas. No es lo mismo dedicar el tiempo libre al descanso y esparcimiento que atender al continuo mantenimiento que un jardín requiere para encontrarse en perfecto estado y optimizar todas sus posibilidades.

Es tarea ilusoria convertirnos en los mejores jardineros de la noche a la mañana. Como cualquier actividad, la tarea requiere de arduo estudio y continua práctica. Un jardín en Barcelona puede parecer un verdadero oasis; en él es posible crear un pequeño pero verdadero ecosistema compuesto por variedad de plantas, árboles, arbustos y flores, cada elemento del jardín o terraza requiere unos cuidados particulares y específicos (agua, luz solar, protección del viento, etc), dependiendo de las exigencias de cada especie.

El mejor jardinero de Barcelona debe saber qué planta puede estar junto a otra para que la simbiosis entre ellas sea la correcta; conseguir que no interfieran en quitarse nutrientes o creando plagas, e incluso por la importante protección hacia nuestros queridos niños y mascotas. Estas son habilidades que solo un buen jardinero profesional domina. Por ello contratar un buen jardinero en Barcelona es un requisito obligado que nos evitará muchos quebraderos de cabeza y terminará convirtiéndose en una recomendable inversión.

CUALIDADES DEL JARDINERO PERFECTO

En el devenir de un oficio de jardinero se desarrollan muchas habilidades que parecen obvias pero que son indispensables para cumplir el cometido de una forma óptima y eficiente. Como en cualquier trabajo, en la jardinería cada día se sigue aprendiendo. No vale la simple vocación en sí misma, la profesionalidad se adquiere tras años de práctica, esfuerzo y ganas de superación. Así, el mejor jardinero disfruta de su trabajo y lo realiza con verdadera devoción. El éxito no depende solamente de él, sino también de los cambiantes ciclos del clima, por lo que habrá años que se conseguirá un jardín deslumbrante y en otros se habrá de tener paciencia. El arte y oficio del jardinero podrá subsanar las deficiencias para que en el futuro el jardín vuelva a deslumbrar. La paciencia y la perseverancia son virtudes que todo buen jardinero debe tener.

Otra de las virtudes de un buen jardinero es la observación continua de cada una de las plantas que componen nuestro jardín. Un jardinero en Barcelona sabe y observa lo que en cada temporada va creciendo tanto en el campo como en las riberas y cunetas, como incluso en los jardines o terrazas de los vecinos colindantes.

La continua observación le lleva tanto a adquirir ideas novedosas como a encontrar nuevas soluciones a clásicos problemas. En un jardín concreto, puede suceder que cada vez todo sea más sencillo y las labores a realizar se minimicen paulatinamente.

DISEÑO Y PLANIFICACIÓN DE UN JARDÍN O TERRAZA

El diseño de un jardín en Barcelona es uno de los principales requisitos previos para un óptimo aprovechamiento del terreno. La adecuada elección de un jardinero en Barcelona de las plantas en cada uno de los espacios se podrá comprobar al año de su plantación. En el caso de empezar de cero (que fuese un campo árido anteriormente) pueden transcurrir hasta 3 o 5 años para convertirse en el jardín de nuestros sueños.

Si nos decantamos por plantas jóvenes es una apuesta de futuro. Las plantas ya crecidas conllevan cierto riesgo hasta para el mejor de los jardineros. La planificación inicial del jardín es tarea para encomendar a un buen jardinero, quien evaluará las condiciones del terreno y clima y determinará qué tipo de plantas, flores y árboles o arbustos encartan en él, decantándose entre diversos tipos de jardines según el espacio de que dispongamos. Los jardines sostenibles respetan el medio ambiente conservando las especies acordes con el clima y la organización de las plantas se adapta al lugar; en los jardines de secano utilizamos árboles como el ciprés, el pino piñonero, el olmo, el cedro o las palmeras, adecuados en el mediterráneo clima de Barcelona; si tenemos espacio suficiente podemos agregar un original jardín acuático con nenúfares y otras plantas afines.

Un hermoso jardín tropical con flores exóticas y frondosa vegetación requiere temperaturas superiores a los 30 grados; en Barcelona sólo podemos disponer de él instalando un decorativo invernadero. Un jardín vertical es muy apropiado en viviendas adosadas, creando intimidad y un bello ambiente propio muy peculiar. Un jardín oriental basado en el feng shui está muy preciado actualmente, mezcla plantas florales, fuentes y formas circulares. Un jardín japonés incluye bambú, grava y bonsáis.

Habrá momentos en que un jardinero en Barcelona deberá hacer grandes esfuerzos en la lucha contra los insectos y las plagas. Por mucha planificación que el mejor jardinero de Barcelona haya hecho para evitarlos, la naturaleza tiene sus propios designios. Podemos apreciar así las cualidades de un perfecto jardinero que dedica su tiempo a mil tareas que a un neófito pudieran parecer vanas, pero el jardinero sabe que todo necesita de su continua atención y la constancia es una de sus principales virtudes para conseguir que la naturaleza no absorba todo el espacio disponible.

La tarea del jardín no debe ser nunca precipitada y a la vez es siempre continua. Con la ayuda de un jardinero experimentado aprenderemos paulatinamente a practicar el tan nombrado “slow gardenig” como forma de meditación, encontrando el justo equilibrio entre actividad y descanso, evitando disgustos o agobios. El jardín puede convertirse en uno de nuestros más preciados hobbies.

El abonado es primordial tanto a principios de otoño como a finales de invierno para mejorar la calidad de la tierra y ofrecer a las plantas una correcta nutrición. La opción es amplia, y puede ir desde abonos orgánicos bien compostados o granulados de liberación lenta como el estiércol, compost, turba, hummus de lombriz, cenizas, harinas de huesos, guano, entre los abonos naturales y los nitrogenados, fosfatados y potásicos entre los químicos.

Si disponemos de césped natural es de vital importancia impedir su excesivo crecimiento a la vez que no debe podarse más de un tercio por vez. Lo ideal es ir podando periódica y constantemente el césped cambiando sus patrones de corte. Es importante estar muy pendientes del césped, regándolo cuando este lo requiera, a la vez que encontrar la rutina de eliminación de malas hierbas y aireado para que siempre se encuentre en el mejor de los estados.

Los arbustos y árboles precisan de podas anuales, idealmente a final del invierno, realizando siempre los cortes pertinentes. Al mantener un ritmo de podas en ellos saneamos sus copas para que las ramas secas o torcidas no impidan que la planta reciba la luz que necesita.

El riego del jardín es óptimo hacerlo al amanecer o al atardecer para que el agua permanezca más tiempo en la tierra. Podemos decantarnos por varios tipos de riego: con tuberías porosas o cintas de exudación, muy usadas en suelo arenoso; hay muchas opciones para cultivos en línea o riegos con manguera, más económicos pero que requieren más dedicación. Está también la opción riego por goteo. Un jardinero en Barcelona sabrá cual es el más apropiado para nuestro jardín en particular.

Las semillas, así como los esquejes o bulbos que ofrecen nuestras plantas, es conveniente conservarlas e incluso intercambiarlas con los amigos, de quienes siempre aprenderemos nuevas habilidades; las reuniones de jardín con amigos se amenizarán así con el tema y la competición por cual es el mejor jardín será fuente de superación.

Los servicios de jardinería necesarios dependerán del tamaño del jardín. Uno de pequeñas proporciones precisará de menor mantenimiento de tu jardín y permitirá poder prestar mayor atención a los pequeños detalles que en uno grande se hacen interminables.

CONCLUSIÓN

Nuestra interactuación con el jardinero debe ser continua. Si bien él se ocupará de las labores rutinarias y obligadas que el jardín requiere, nosotros no nos debemos desvincular de la tarea. La naturaleza es un ser vivo de exuberante belleza que nos acompaña y siempre nos sorprende, tanto con gratificaciones como con imprevistos. Es una sana costumbre practicar la observación del jardín y mantener periódicas conversaciones con tu jardinero en Barcelona que terminarán siendo otra de nuestras delicias por escaparse a los rutinarios temas que nos llenan el día a día. El poder comentar con el jardinero profesional sobre el estado fluctuante del jardín nos aportará un enriquecimiento del que ya no vamos a querer prescindir en la vida. Pequeñas acciones puntuales por nuestra parte harán que la tarea de tu jardinero en Barcelona sea más exitosa y con ellas crecerá nuestra gratificación y devoción por la naturaleza. Encontrar al jardinero perfecto en Barcelona habrá sido uno de nuestros logros más preciados. Recuerda, don’t worry, Be Quercus.

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