Existe un desconocimiento sobre el motivo de la muerte de las abejas a gran escala. Se cree que sus causas son múltiples. Diversos factores como el calentamiento global, pérdida de sus hábitats, contaminación, enfermedades, parásitos y pesticidas son algunos de los motivos, o puede que sea el conjunto de todos ellos. Se pensó que la desaparición de las abejas se debía al uso de ciertos insecticidas como los neonicotinoides, aunque los informes realizados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no fueron concluyentes. Muchos expertos afirman que es necesario aplicar más estudios de monitoreo. El doctor en veterinaria y patología apícola y asesor de investigación en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Mariano Higes, cree que existen otros factores documentados determinantes en la desaparición de las colmenas como los parásitos Varroa destructor y Nosema cerenae, y también, aunque en mucho menor medida, la avispa asiática.

Aunque la mayoría de las personas no somos suficientemente conscientes, el papel de las abejas es primordial para el desarrollo normal de la agricultura. Se calcula que de las cien especies de cultivos que proporcionan el 90% de la comida mundial, más del 70% se polinizan gracias a las abejas. Varios estudios demuestran que las polinizaciones mejoran la calidad de la fruta, ya que cada árbol produce más cantidad y cada pieza, no solo tiene más peso, sino que su grado de azúcar y fibra es mayor.

Por este motivo, existen muchas iniciativas que tratan de recuperar las colonias de estos insectos. Una de ellas es la “Operación Polinizador” que lleva a cabo Syngenta en la Unión Europea desde hace más de 11 años y que está dentro de los compromisos de “The Good Growth Plan”. En España y Portugal ha sido dirigida por el entomólogo Óscar Aguado en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y puesta en práctica en un total de 40 fincas.

También está siendo impulsada por grandes y pequeñas empresas, así como asociaciones de agricultores y entidades científicas que tienen la extensión de la biodiversidad como uno de sus principales retos.

La “Operación Polinizador”

En palabras de Francisco García-Verde, responsable de los proyectos de sostenibilidad en Syngenta, “consiste en cultivar en los márgenes de los cultivos mezclas específicas de flores que se ha visto sirven de alimento y hábitat a especies de insectos beneficiosos. Estos márgenes florales no sólo generan biodiversidad en entornos muy presionados por la intensidad agrícola, sino que además se puede extraer valor de dicha biodiversidad a través de la polinización  de los cultivos adyacentes o de la presencia de insectos auxiliares”.

Se trata de destinar entre el 3 y el 5% de la superficie cultivable a la plantación de márgenes florales en las lindes de los caminos o para separar parcelas. Estos márgenes florales están formados por flores aromáticas y herbáceas y plantas autóctonas de cada zona, destacando, entre otras, crucíferas, leguminosas y ranunculáceas. Se busca un equilibrio entre el cultivo y las bandas florales. Los resultados de la operación han sido muy esperanzadores.

En el estudio de las 40 fincas en España y Portugal se han identificado más de 540 polinizadores, de las cuales 42 son especies endémicas. Entre ellas destacan las abejas domésticas (Apis mellifera), diferentes abejorros (Bombus) y dentro de las abejas solitarias, las familias Andrenidae, Megachilidae y Halictidae. También destacan la la Osmia aurulenta o «abeja cortadora de hojas», la Eucera cineraria o «abeja de las flores» o la Scolia carbonaria, muy escasas en la Península Ibérica.

Estos márgenes florales sirven a su vez para albergar abejas domésticas, aunque el proyecto nació para «proporcionar alimento y refugio a las solitarias y los abejorros».

Las abejas, además, crean colonias de insectos beneficiosos por ser depredadores de muchas plagas. Se han localizado 194 tipos de insectos en estas bandas florales y de entre ellos 55 son depredadores de plagas como los coccinélidos o mariquitas que se nutren de pulgones, crisopas, míridos o chinches, escarabajos de suelo y numerosas especies de avispas parasitoides que controlan las poblaciones de polillas o mariposas nocturnas. Por este motivo, con estas bandas florales se reduce al máximo la utilización de fitosanitarios.

El responsable de biodiversidad de Syngenta, Germán Canomanuel, comenta acerca del proyecto que se trata de aprovechar «superficies de interés ecológico -que son obligatorias por la Política Agrícola Común (PAC)- para producir biodiversidad». Asimismo, destaca que el establecimiento de estas cubiertas vegetales ayuda a proteger el suelo de la erosión e impide la escorrentía.

El problema podría reducirse hasta en un 50 o 60%

Proyectos e iniciativas como la Operación Polinizador para proteger y recuperar a los insectos beneficiosos, además de tener una labor de divulgación y concienciación entre los ciudadanos, aportan soluciones. Si los agricultores de este país «respetan las lindes de los caminos y fincas y si se colocan cajas nido para abejas solitarias en fincas y jardines, el problema podría reducirse hasta en un 50 o 60%», afirma el entomólogo del CSIC.

¿Y qué hacemos en Quercus Jardiners? Como ya vimos en otro artículo mencionado al principio de éste, a nuestros clientes de la provincia de Barcelona les tranquilizamos cuando nos llaman porque tienen abejas. Las abejas son muy útiles para mantener un jardín con color y flor, sin ellas, poco podríamos hacer. Recuerda, Don’t worry, be Quercus!

 

Deja una respuesta